Hoy vengo a hablarte del Marathon des Sables, una de las pruebas más extremas y desafiantes y a la vez más maravillosas, a las que te puedes enfrentar en el deporte.
Y vengo a hacerlo no desde el punto deportivo, sin hablar de tiempos, clasificaciones, recorridos, ni nada por el estilo. Hoy vengo a hablarte del Marathon des Sables desde mi experiencia personal, pues es algo más que una carrera y muchas emociones vienen a mi cabeza y a mi corazón cuando hablo de esta prueba
¿Cómo es el Marathon des Sables?
Para mí esta carrera fue un antes y un después, ya que es una de las carreras más duras y exigentes del mundo.
250 km a través del desierto de Sahara, donde por la noche no hay cielo, solo se ven estrellas. Un lugar donde no tienes NADA y lo tienes todo.
No hay baños, duermes en el suelo, no te duchas durante 7 días, sientes dolor extremo, sufrimiento, cansancio máximo, te duele el alma, lloras, ríes, corres a 45 grados…
Cada día te toca correr una etapa con diferente distancia, 30, 35, 42, 85km…¡Y además debes cargar en tu mochila con todas tus pertenencias y comida para los 7 días!
Al final de cada jornada cuando terminas la etapa, piensas: «mañana no voy a poder seguir». Y lo increíble y sorprendente es que te levantas, aprietas los dientes, sonríes y sigues…
¿Sabes qué?… dormí con 7 hombres en mi Haima 8… jajaja! ¡Esto solo pasa en el Marathon des Sables! Y sin ellos, sin darse cuenta, me ayudaron de forma increíble a conseguir esta medalla que tanto deseábamos todos.
El Marathon des Sables, ha sido uno de los momentos más felices y difíciles al mismo tiempo. Donde ves la vida tal cual es, donde te tienes a ti y solo a ti para seguir avanzando.
¡Porque así es la VIDA! Fue una carrera y una experiencia de vida!
Es una carrera única, un desafío, una meta, un cambio de vida, donde llevas al límite tu fuerza mental y física, son recuerdos, amistades… Esta carrera me cambió como persona, para mejor y por muchas razones a las que siempre voy a estar agradecida y siempre apreciaré.
Las amistades que hice, inolvidables. Los logros en carrera tanto profesionales como personales, no tienen precio. Algo que a mis 38 años (cuando hice la carrera) nunca hubiera imaginado, cuando un cáncer de mama me quitó mucho… pero me levanté y comencé una vez más.
Todo lo que hagas desde el corazón, con pasión y mucho amor, lo vas a conseguir. Trabaja duro, lucha por tus metas, por tus sueños, sé tú mismo todo el tiempo y camina fuerte.
Nuestros sueños solo se hacen realidad con determinación, dedicación, disciplina, amor, esfuerzo y un poco de locura! Aunque sea difícil, vé a por ello y SONRÍE
Cree en ti, no te juzgues… avanza despacio pero con fuerza, con respeto y quiérete mucho.
Vamosss!!